“Incluso para despedirse hay que hacerlo desde el amor, agradeciendo y deseando lo mejor, estando en paz, sin reclamarle al destino, sin pensar que pudo haber durado más. Hasta para dejar ir a una persona hay que hacerlo con cariño, a su tiempo, cerrar la puerta bien pero sin azotarla, dejar ir despacito y con amor por las risas y los buenos momentos, por las sonrisas y las miradas, por haber coincidido y ser felices aunque fuera sólo un ratito. Nadie está preparado para una despedida, pero si esa persona ya no se ve contigo, si se están haciendo daño o si ya no te ves tú con esos ojitos, también es sano saber irse con respeto, dignidad y amor. Sin necesidad de odiar, de forzar o de seguir simplemente por costumbre, terquedad, soledad o por el jodido miedo de empezar de cero”.
De cariño y despedidas.
-Emmanuel Zavala
De cariño y despedidas.
-Emmanuel Zavala
“Incluso para despedirse hay que hacerlo desde el amor, agradeciendo y deseando lo mejor, estando en paz, sin reclamarle al destino, sin pensar que pudo haber durado más. Hasta para dejar ir a una persona hay que hacerlo con cariño, a su tiempo, cerrar la puerta bien pero sin azotarla, dejar ir despacito y con amor por las risas y los buenos momentos, por las sonrisas y las miradas, por haber coincidido y ser felices aunque fuera sólo un ratito. Nadie está preparado para una despedida, pero si esa persona ya no se ve contigo, si se están haciendo daño o si ya no te ves tú con esos ojitos, también es sano saber irse con respeto, dignidad y amor. Sin necesidad de odiar, de forzar o de seguir simplemente por costumbre, terquedad, soledad o por el jodido miedo de empezar de cero”.
De cariño y despedidas.
-Emmanuel Zavala


